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¿Se pueden prevenir la gripe y los resfriados?

Claudina Navarro y Manuel Núñez

Se pueden prevenir la gripe y los resfriados?

Por muchas precauciones que se tomen, no siempre se evita que los virus de gripes y resfriados conquisten en ocasiones el organismo, aunque sí se pueden tomar precauciones para no contraer más infecciones respiratorias de las necesarias, reducir la intensidad de las molestias y la aparición de posibles complicaciones.

Índice

    ¿Qué hacer para no contraer la gripe o un refriado?

    Varios factores influyen a la hora decontraer o no una infección respiratoria.

    1. Evitar entrar en contacto con el virus

    En primer lugar, es necesario entrar en contacto con el virus de la gripe o con alguno de los doscientos rinovirus conocidos, en el caso del resfriado

    Estos virus afectan a la nariz y la garganta y llegan a menudo a la tráquea y a los bronquios, lo que ocasiona dolor, mucosidad, estornudos, lagrimeo, tos seca y fiebre. La gripe, además, puede provocar dolor en las articulaciones, los músculos y la cabeza, con náuseas y vómitos.

    2. Tener un sistema inmunitario fuerte

    Por otra parte, el estado del sistema inmunitario y de las mucosas impide o facilita que los virus se multipliquen

    3. ¡El frío nos enferma!

    También son importantes las condiciones ambientales. Hasta hace poco no se determinó científicamente que el frío ayuda a resfriarse.

    Alumnos de medicina de la Universidad de Cardiff (Escocia) introdujeron sus pies en agua fresca durante un rato cada día para comprobar si enfermaban más que sus compañeros con los pies calientes.

    El resultado fue que sí, que el frío resfría, seguramente porque provoca un descenso momentáneo de las defensas.

    4. Evitar el contagio

    La vía más frecuente de contagio son los virus que son exhalados al aire tras ser expulsados por los enfermos al toser y al estornudar, y que puede ser inhalado por alguien que encuentre cerca.

    También es fácil contagiarse por contacto directo de las manos. Como las gotas se posan en pomos, pasamanos, mesas, sillas, toallas, dinero, teléfonos, teclados…, el sistema más eficaz de evitar la transmisión de virus es lavarse frecuentemente las manos y mantenerlas alejadas de nariz, ojos y boca.

    5. Controlar la humedad y la temperatura de los espacios cerrados

    También es importante controlar la temperatura y el grado de humedad.

    • No es preciso que la calefacción esté por encima de 19 ºC, ya que provoca un contraste demasiado pronunciado con el exterior.
    • Al disminuir la humedad en el aire se favorece que las mucosas de las vías respiratorias superiores se resequen, lo que las convierte en un entorno óptimo para la multiplicación de los virus. Para evitarlo el grado de humedad ha de oscilar entre el 40 y el 60%.
    • En los ambientes interiores es muy útil evaporar aceites esenciales de eucalipto, tomillo y menta porque poseen propiedades antisépticas. Existen aparatos vaporizadores, pero se pueden poner dos o tres gotas del aceite esencial puro en una taza con agua recién hervida.

    6. Dieta preventiva contra la gripe y el refriado

    Una dieta equilibrada, que proporcione ciertos nutrientes esenciales, es el otro gran pilar de la prevención. Los nutrientes que no pueden faltar son:

    • Vitamina C. Es necesario ingerir diariamente un mínimo de 60 mg de vitamina C, dosis que se obtiene, por ejemplo, deuna naranja, un kiwi, un mango, un pimiento rojo crudo, tres mandarinas o media guayaba.
    • Vitamina A. Contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunitario y protege las mucosas, dificultando la multiplicación de los virus en ellas.
      • En forma de provitamina A, abunda en la zanahoria, la calabaza, el boniato, el albaricoque, las distintas coles y la espinaca.
    • Selenio. Este es capaz de aumentar la producción de glóbulos blancos, que participan en la defensa contra los virus. El alimento más rico en él son las nueces de Brasil, pero los 70 mcg (microgramos) diarios necesarios se obtienen con una ración de cereales integrales.
    • Zinc. Ejerce una actividad antivírica directa. Para garantizarse los 15 mg necesarios se puede comer diariamente un puñado de semillas de calabaza o pan integral..
      • También se encuentra en los frutos secos, las legumbres y el arroz integral.
      • El ajo y la cebolla crudos tienen efectos antivíricos y no deben faltar en los menús de otoño e invierno. Se recomienda tomar uno o dos dientes crudos de ajo al día.
    • Probióticos. Los lactobacilos y bifidobacterias, presentes en el yogur, el kéfir o el chucrut, ejercen un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario a través de la flora intestinal.
    • Otros alimentos que potencian el sistema inmunitario son las setas shiitake, el jengibre y la pimienta de Cayena.

    ¿Qué debemos hacer en caso de resfriado o gripe?

    Si pese a todas las precauciones se acaba contrayendo un resfriado o una gripe, aún se pueden tomar medidas. Lo cierto es que lo único que realmente la cura es el transcurso del tiempo, pero también algunos remedios pueden favorecer el proceso y reducir las molestias.

    Hay que tener en cuenta que la mayoría de medicinas recetadas son analgésicos, antiinflamatorios y antipiréticos como la aspirina o el paracetamol. Alivian síntomas y molestias pero no ayudan en la lucha contra los virus. De hecho, incluso obstaculizan la respuesta del organismo.

    • La fiebre no necesita ser tratada si no supera los 39 ºC. No es un síntoma negativo, sino todo lo contrario: sirve para eliminar los virus, que no soportan un aumento de la temperatura, y estimula la producción de células inmunitarias.
    • Es importante beber mucho líquido durante el resfriado, porque un cuerpo deshidratado es más vulnerable a los virus. Además de agua e infusiones se pueden tomar zumos recién hechos y diluidos de limón, naranja o zanahoria, teniendo en cuenta que el cuerpo absorbe mejor los líquidos si se toman a sorbos regulares.

    La enfermedad como una oportunidad para cuidarse

    El tratamiento se completa con descanso, comidas ligeras, digestivas y un aumento en el consumo de líquidos que ayuden a rehidratar y descongestionar las vías respiratorias. Puede tomarse agua, agua con miel, té con limón e infusiones con saúco, verbena y eucalipto.

    Un resfriado o una gripe se superan mejor si la actitud es positiva y de confianza en la capacidad de recuperación. Una enfermedad leve siempre es una oportunidad para cuidarse y desconectar de la rutina. A fin de cuentas, cada resfriado es una vacunación y reduce las probabilidades de enfermar en los años siguientes.

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